Aviso

 

Históricamente, los EEUU en sus tropelías criminales capitalistas, se han aprovechado de países servidores y arrastrados, contra otros países que no se han doblegado a sus intereses. También de sujetos y sectores de ellos; y en casos específicos en verdugo de países como Haití, Cuba, Nicaragua y Venezuela, entre otros. Y últimamente, se ha hecho acompañar de Colombia, para continuar amedrentando e imponiendo sus intereses.

Una prueba de lo anterior se demuestra, por ejemplo, cuando, el 7 de julio fue asesinado el presidente de Haití, Jovenel Moïse, luego de ser brutalmente torturado y desmembrado. Tal magnicidio fue realizado por un grupo de mercenarios integrado por 26 colombianos y 2 estadounidenses de origen haitiano residentes en Miami. Esos mercenarios fueron hasta hace poco tiempo miembros activos del Ejército colombiano.

Del grupo de sicarios forman parte militares, que están siendo investigados por haber participado en asesinatos en Colombia (en los mal llamados “falsos positivos”) y uno de ellos, Mauricio Groso Guarín, es primo hermano de Rafael Guarín, el Alto Consejero Presidencial para la Seguridad del gobierno de Iván Duque, el mismo que de inmediato salió a decir que no conocía a su primo, nunca lo había tratado y tampoco sabía que había sido miembro del Ejército.

 

Pasqualina Curcio
Llamar cada cosa por su verdadero nombre no solo disminuye la probabilidad de confusión, sino que nos permite tener más conciencia como pueblo a qué atenernos. Mostrábamos en la entrega anterior la contradicción entre el discurso socialista y las cada vez mayores desigualdades al momento de distribuir lo que se produce entre el trabajo y el capital, consecuencia, en parte de la hiperinflación inducida por el ataque al bolívar, pero también al rezago del salario nominal con respecto el aumento de los precios. Decíamos que a eso se le suma la confusión, presente en el discurso de algunos dirigentes de la revolución, entre socialismo y estado de bienestar social, al punto de que se refieren al “estado de bienestar socialista”.

El estado de bienestar social nada tiene que ver con el socialismo, por el contrario, solo puede entenderse en el marco del capitalismo. Tiene que ver con la manera cómo se re-distribuye la producción que previamente, fue desigualmente distribuida entre trabajadores y capitalistas. Es decir, una vez la ganancia en manos de la burguesía y el salario en

 

Vladimir Acosta
Por falta de espacio, en el artículo Después de Carabobo II, al hablar del dominio imperial de Estados Unidos sobre Nuestra América en el siglo XX, me limité, en el caso de Venezuela, tema exclusivo del artículo, solo a decir que el Estado venezolano lo ha enfrentado a lo largo de estas dos últimas décadas, aun si el país sigue acosado por sus ataques, sanciones y su criminal bloqueo. Para más claridad debí haber revisado antes las relaciones de nuestros gobiernos del siglo XX con Estados Unidos, algo que ya no tenía cabida pues bordeaba el límite pautado del artículo. Lo hago en el que entrego ahora.

La relación del Estado venezolano con los gobiernos sucesivos de Estados Unidos en el siglo XX es más simple de lo que parece, pues con la sola excepción del de Cipriano Castro al inicio del siglo, todos los otros gobiernos que se suceden a lo largo del mismo son dóciles, serviles o abiertos cómplices del dominio neocolonial que ejerce Estados Unidos sobre nuestro país, se sujetan a su hegemonía, la aceptan y ninguno osa asumir el riesgo de chocar con el Imperio en defensa de los intereses del país.

Cuba y las prioridades 

Hay muchos «sesudos» análisis sobre Cuba. Algunos detallan, «doctamente», las diversas «protestas», pero minimizan el bloqueo reduciéndolo a un factor más. Eso es inaceptable porque el bloqueo a Cuba infecta a las vidas hasta lo más íntimo.

Si algún revisionismo tiene ganas de auscultar las prioridades de Cuba, debe hacer una parada obligada en las razones históricas de su Revolución. Omitirlo es sospechoso. Siguen ahí, en pie, el antimperialismo y la construcción del socialismo; ahí están el vocerío anticapitalista y la dignificación de la vida; están la lucha por la igualdad y el desprecio a toda exclusión. Está la autocrítica y está el deber marxista por la superación de todas las taras burguesas y, también, están las asignaturas pendientes que ha sido durísimo superar en virtud del bloqueo que atraviesa todas las escalas de la vida...

Es insensato asumir solidaridades dogmáticas o acríticas. De nada sirven, a nadie sirven. Pero es necesario exigir bases para desembarcar opiniones, especialmente cuando abunda el palabrerío de «tirios y troyanos» que, incapaces de organizar ni una piñata, pontifican recomendaciones y sentencias como gurúes politólogos. Algunos de ellos, activistas del oportunismo, se trepan al repertorio de los «malestares» y se hacen voceros autoproclamados de un

Tras derrocar a la dictadura de Somoza, los sandinistas enfrentaron un violento intento de Washington de reemplazarlos por un Gobierno pro-Estados Unidos. 

En primer lugar, debemos tener en cuenta que la oposición nicaragüense tiene un historial de haber sido financiada por Washington.

Nicaragua ha sido objeto de fuertes críticas por parte de los medios corporativos últimamente. El Gobierno de Daniel Ortega ha detenido a varias figuras de la oposición cuando se acercan las próximas elecciones.

El Gobierno de Estados Unidos y los medios corporativos han expresado su indignación por lo que consideran la creciente naturaleza dictatorial del "régimen" de Ortega.

Pero hay más en esta historia de lo que dejan entrever. Una investigación más profunda demuestra que la situación no es tan obvia como estos medios dejan creer.

Y como suele ser el caso de América Latina, corresponde a los medios independientes agregar algún matiz y equilibrio a la cobertura flagrantemente de derecha y pro-Washington de la prensa de propiedad corporativa.