Aviso

 

por Thierry Meyssan

Mientras vemos con horror el resurgimiento de grupos fascistas, nazis o adeptos del ‎antiguo imperialismo japonés, también constatamos que no fueron esas ideologías las ‎causantes de la Guerra Mundial. La verdadera causa fue la alianza entre gobernantes ‎dispuestos a lo peor. La misma configuración está reproduciéndose hoy. ‎Si no reaccionamos ahora, en pocos meses se hará posible el estallido de una Tercera ‎Guerra Mundial.‎

La Segunda Guerra Mundial debe servirnos de lección. Aquel conflicto no fue una tempestad ‎inesperada en un cielo sereno. No fue una lucha entre Malos y Buenos. La Segunda ‎Guerra Mundial fue el producto de la conjunción de una serie de fuerzas capaces de destruirlo ‎todo. ‎

 

Por: Gabriel Ignacio Gómez, profesor titular, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas UdeA

«... Las humanidades y las artes incentivan el pensamiento crítico y, en tal sentido, en lugar de aceptar dogmas irrefutables, interpela el conocimiento existente, sospecha del poder, interroga nuestras condiciones de vida e indaga por nuevas miradas del mundo....»

 

Hace unas pocas semanas se suscitó un debate en redes sociales con ocasión de un mensaje de Twitter en el cual un profesor de cátedra de economía sostenía que la Escuela de Artes y Humanidades (EAH) de la universidad en la cual imparte clase, había causado mucho daño a dicha institución y a la sociedad, por generar, supuestamente, “sentimientos anticapitalistas y antiliberales”. Días después, en una columna de
opinión, el mismo profesor reiteraba su malestar en contra de la EAH y los “rellenos” por su responsabilidad en los resultados electorales pasados1.

Los fenómenos meteorológicos extremos obligan cada año a unos 22 millones de personas a desplazarse de sus hogares y ciudades.  

Ya los próximos años son críticos, resaltan los científicos que asesoran a la ONU, y determinan un límite para actuar: 2030.

“Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.

“La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan (…) Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra (...) Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación”.

Los medios de las élites defienden un sistema de privilegios, el mismo que viola derechos humanos en nombre de la democracia y que encarcela y amordaza  a quienes, como Julian Assange, se atreven a develar esa realidad. 

Los medios de las élites reclaman a diario la libertad de prensa, pero es sabido que desde que se inventó la imprenta esa libertad de prensa es solo la voluntad del dueño de la imprenta, esto es, los grandes pulpos financieros y empresariales con sus medios de comunicación como adláteres y defensores de su sistema de privilegios.

Traigo desde Cali, uno de los epicentros de la resistencia y del levantamiento popular de 2021 en Colombia, el mensaje de solidaridad con Julian Assange y el reclamo de que su humanidad y su palabra no sigan siendo encarceladas por orden del imperio estadounidense y de que se respete realmente la libertad de pensamiento, de expresión e información.

La guerra de Ucrania y el cambiante orden mundial - Viento Sur

Desde la caída del Muro de Berlín y el cataclismo geopolítico que implicó la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se profundizó el proceso de mundialización o globalización, que se gestó y desarrolló en la Sociedad Occidental, se diseminó al resto del mundo, creando una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital, se configuraron a escala planetaria preponderando las empresas multinacionales, la libre circulación de capitales y la consagración de la sociedad de consumo.

Paralelamente se instauraron en la política internacional, lo que conocemos como Instituciones Globales: la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus distintos foros, el Fondo Monetario Internacional (FMI), El Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Comercio (OMC); todo éste proceso abarcó un lapso de un poco más de medio siglo para su creación, desarrollo e implantación, en donde Estados Unidos de América a la cabeza de Occidente lo impuso, aplicó y defendió, con sus matices y bemoles incluso con la existencia del Boque Comunista en la Guerra Fría.