Aviso

 

Existe una correspondencia multidireccional entre el despojo del pensamiento crítico –entendido como la posibilidad de cuestionar y trastocar la realidad y lo establecido– y la irradiación de la desinfodemia digital. El triunfo reciente de la post-verdad coincide plenamente con el retraimiento de los procesos cognitivos, la entronización de las emociones y con la inoculación del odio en la nueva plaza pública. Es el terreno de la lucha en torno a la construcción de significaciones, así como del relativo a la apropiación y privatización de la conciencia

A su vez, una paradoja se generaliza en la era de la información: ante la exponencial irradiación de datos e información, no siempre verdadera, se impone una limitada capacidad humana para procesarla o asimilarla y se abren senderos para germinar a un individuo desinformado y sujeto al engaño y a la manipulación de las emociones. Para llegar a ello, dos tendencias se imponen: la lapidación del pensamiento crítico como posibilidad de plantear la duda, por un lado; y, por otro, no sugerir siquiera la existencia de la mentira por considerarse políticamente incorrecto. 

Colarebo Colombia – Prensa Bolivariana

Cuando en el mundo primaban las monarquías absolutas, había un grupo de personas que acompañaban al rey y que sabían que, adulándolo, entreteniéndolo y haciéndole todo tipo de favores, se aseguraban un nivel de vida por encima del resto de la población; eran los cortesanos.

Desde entonces, el mundo ha cambiado poco en el servilismo a los poderosos; ahora existe una élite de un centenar de personas trillonarias, que acumulan el suficiente poder para determinar las políticas que han de regir en el planeta. Detrás, arrastran a un séquito de cortesanos fieles que, siguiendo las políticas de derecha garantizan el sostenimiento del andamiaje del sistema mundo capitalista y de los privilegios de sus jefes.

 

Al  pueblo  llano de Israel

Estimados semejantes: Me dirijo a vosotros como un hombre del pueblo español en este caso,  a vosotros mis semejantes del pueblo de  Israel,  como uno  más de los miles de millones de seres humanos  de este Planeta que desde el mes de octubre del pasado año observamos horrorizados  la abominación en Gaza  ; una saña criminal fríamente  programada que no conoce límites.

Netanyahu y su equipo de psicópatas con uniforme, hijos de ese pueblo armado,  son los responsables  de más de treinta y tres mil muertos, más de la mitad niños y niñas; de los   bombardeos sobre viviendas ocupadas, hospitales y centros de refugiados  sin razón alguna que justifique esa atrocidad ,  mientas son encarcelados  y torturados en  cárceles abarrotadas e insalubres  niños y adolescentes supervivientes.

sindrome, habana, cuba Parece estar de vuelta el llamado Síndrome de La Habana, tras la publicación de un extenso reportaje en el cual se imputa a Rusia la responsabilidad por su existencia. Curiosamente, ya en marcha la contienda electoral en Estados Unidos. Como es conocido, dicho síndrome habría provocado trastornos de salud en diplomáticos y oficiales CIA estadounidenses en diversos países, incluso invalidantes para un ejercicio profesional y hasta con no despreciables indemnizaciones recibidas a tenor de la llamada Ley de La Habana, “que proporciona una compensación de seis cifras a las víctimas confirmadas”

Barbarie en Urabá - La Chinita 

El barrio La Chinita, en Apartadó, nació como producto de una invasión organizada y dirigida por el movimiento político Esperanza Paz y Libertad. Todo comenzó el 8 de febrero de 1992. Ese día, cientos de trabajadores salieron de las fincas bananeras en una interminable romería, sabían que iban hacia la construcción de un territorio propio, hacia la conquista de esa tierra prometida. La mayor parte de ellos llegaron cargando plásticos, palos de madera y herramientas para armar sus cambuches; otros, los más osados, en un acto que pareciera hubiese inspirado a Sergio Cabrera para el libreto de La estrategia del caracol, llegaron con planos en mano, instrucciones para armar, y sus ranchos al hombro o en destartalados vehículos, después de haber vuelto trizas los viejos campamentos de las bananeras en los que habitaban.