Aviso

 

El sentido común pacientemente construído a lo largo de varias décadas por los medios de comunicación de masas y, más recientemente, por las redes sociales, proclama que el liberalismo es el padre de la democracia, y que tanto uno como la otra son excelsas creaciones de la sociedad capitalista.

 

Recuerdo un compañero de trabajo, éstos no se eligen, que viéndome leer un artículo de prensa de Noam Chomsky (1928), comentó que al lingüista, que provocó una verdadera revolución en tal campo con su gramática generativa y otros asuntos relacionados con el innatismo y la crítica del conductismo, no era necesario leerle pues siempre decía lo mismo desde hace años.

 

El presidente Trump protagoniza un drama excitante, cuya intensidad consiste en una lastimosa confusión entre ascenso y descenso, optimismo y pesimismo.

 

Convertido en representante mayor del cómic periodístico internacional, Joe Sacco ha relatado en sus historias los conflictos bélicos de Bosnia, Palestina, Irak o Chechenia y ha vuelto a mirar a Gaza para dibujar desde la distancia la última gran masacre sionista.

 

Es una reconstitución hegemónica a punta de pistola económica, que puede acabar siéndolo con armas reales, porque en procesos de crisis de hegemonía se da siempre, de forma inevitable, una agudización de las contradicciones entre las potencias.