Aviso
- Detalles
- Escrito por Félix Orlando Giraldo Giraldo
- Categoría: Barra Escritores na-24.net
- Visto: 146

“El médico que solo sabe medicina, ni medicina sabe”.
Dr. Héctor Abad Gómez
Fundador de la Salud Pública en Colombia
Defensor de Derechos Humanos
Era domingo 4 de abril de 2021, día de resurrección en el mundo cristiano. Día que, como tantos desde hace más de un año, era otro reto para sobrevivir en esta Tierra que aún se mantiene en diversas emergencias: climática, cultural, humana, alimenticia y política, agravada por la pandemia COVID 19 producida por el virus SARS-CoV-2.
Como médico y deportista responsable subía alegremente por la vía Medellín Bogotá rumbo a Guarne, en mi bicicleta de ruta, como todos los domingos y festivos. Transitaba por el carril exclusivo para ciclistas en
- Detalles
- Escrito por Eduardo Nieto
- Categoría: Barra Escritores na-24.net
- Visto: 172

Colombia toda se ha estremecido. Una enorme convulsión social tiene al país revuelto desde hace ya varios días. Los de abajo todos, en su gran diversidad social, de género, racial y regional se han volcado a las calles impulsados por una particular simbiosis de fiesta y alegría, pero también de bronca e ira contra el poder. La calle y la plaza pública son hoy escenarios de la algarabía, pero también el lugar propio de la democracia, donde se dirimen los desacuerdos y se ajustan cuentas a un gobierno inepto, sordo e indolente. Este gran acontecimiento, inesperado para casi todos, estalló el pasado 28 de abril, bajo la forma de un paro nacional convocado por las centrales obreras y otros sectores agrupados en el Comando Nacional de Paro. Su impacto social y político ha sido enorme, el alto Gobierno enfrenta ahora una crisis política de proporciones y los de arriba parecen preocupados. Entre tanto, en las calles de las principales ciudades del país se baila, se canta y se grita en medio del fragor y la lucha callejera de los jóvenes con la fuerza pública. Hoy, nadie sabe todavía en qué pueda parar todo esto.
Leer más: El paro del 28A: los de abajo atacan de nuevo Por: EDUARDO NIETO
- Detalles
- Escrito por Horacio Duque
- Categoría: Barra Escritores na-24.net
- Visto: 88

Acorralado por la presión de la ciudadanía que se ha volcado al espacio público con manifestaciones, huelgas y bloqueos de los grandes centros urbanos para exigir respuestas concretas del gobierno a los mas graves problemas que afectan a millones de colombianos y luego de varios días de movilizaciones afectadas por la violencia de los aparatos policiales y armados del Estado, el Presidente de Colombia ha convocado nuevamente unos diálogos supuestamente para identificar el malestar de la sociedad y concertar soluciones que atiendan los pliegos de peticiones de los sindicatos y demás organizaciones sociales.
Sin embargo, ese llamado al dialogo no tiene credibilidad dado los antecedentes con tales propuestas, pues ese recurso ha sido utilizado en el pasado reciente por Duque para aplacar los ánimos, dilatar las soluciones y desmovilizar la ciudadanía que ha visto frustrados sus propósitos cuando se ha colocado en disposición de lucha.
Han transcurrido mas de 16 meses en que por las circunstancias de la pandemia el movimiento social se aplaco, sin embargo, los problemas que propiciaron la acción de masas del 2019 se complicaron aun mas debido a la caída de la economía, la generalización del desempleo, el incremento de la pobreza, la corrupción con el manejo de la pandemia y la manipulación con el proceso de vacunación, lo que hizo que el desespero y la indignación crecieran entre la ciudadanía, misma que reventó con el infame proyecto de
Leer más: El de Duque es un dialogo inútil Por: Horacio Duque
- Detalles
- Escrito por Ricardo Robledo
- Categoría: Barra Escritores na-24.net
- Visto: 66

Así en ese orden. Los militares en Colombia están haciendo lo que heroicamente están acostumbrados a hacer: matar civiles en estado de indefensión, efectuar falsos positivos, desaparecer personas, atacar bajo banderas falsas, actuar en la oscuridad. En todo el territorio nacional dejan la gloriosa huella de su zapateiro ensangrentado.
Se ajustan fielmente a su formación contra el enemigo interno y actúan como una fuerza de ocupación. Si se mira en los inicios de las sociedades, se verá que surgieron los que quedaban encargados de cuidar la tribu, quienes fueron acumulando tanto poder que se diferenciaron del resto y constituyeron el estado, el cual terminó como un suprapoder sobre la comunidad. A esto llegamos, los encargados de defender a los ciudadanos, son sus verdugos.
La Cruz Roja Internacional ofrece un curso online sobre el Derecho Internacional Humanitario (DIH) –algo que todos deberían conocer- en el cual se describen las normas que pretenden humanizar la guerra, si es que ese término cabe. Se ha acordado que su incumplimiento se constituye en delitos de lesa humanidad, como los son el provocar al enemigo un mal innecesario, como las violaciones sexuales, la tortura, cortar cabezas y jugar futbol con ellas y más delante de los familiares de las víctimas.
- Detalles
- Escrito por Ricardo Robledo
- Categoría: Barra Escritores na-24.net
- Visto: 74

Vandalismo es una palabra usada recurrentemente para desaprobar las protestas sociales; a tal punto que actos vandálicos son promovidos desde el estado como una estrategia para infiltrar las marchas y así buscar su repudio por la sociedad, utilizando a los medios de comunicación para hacerlos más evidentes y aumentar el impacto.
Por esto, es necesario inventar un nuevo término, bandalismo, para describir el violento accionar de las fuerzas estatales en las marchas o el de las bandas contratadas para tales fines siniestros y el de las bandolas que saquean al país. No es raro que en Colombia circulen videos de pistoleros anunciando que por orden de los jefes van a actuar o que el capo mayor llame a las fuerzas oficiales a hacer uso también de sus armas contra los manifestantes.
Pero en lo que tiene que ver con el vandalismo, es necesario profundizar en el debate social acerca de lo que es y lo que no puede ser catalogado simplemente como tal.
Leer más: Vandalismo, bandalismo y conciencia Por: Ricardo Robledo