Aviso

 

El narco gobierno continúa atacando con barbarie al pueblo colombiano; a tal punto que en Cali se han usado lanzallamas contra la población; de acuerdo con informes de personas en el puente del comercio en la misma ciudad, los militares celebran y bailan cada que matan a alguno de los manifestantes. Esto ocurre aún con la visita de miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Esto para sopesar qué tan respaldada internacionalmente se siente la extrema derecha que actúa en el país. 

A finales de la década de los ochenta del Siglo XX, el capo Escobar adelantó ataques contra el estado, lo que se conoció localmente como la guerra del narcotráfico. Es la misma que se continúa hoy contra el pueblo colombiano, pero ya ejecutada desde el estado, el cual ha sido copado por los narcos en un proceso de cerca de treinta años, período en el que se ha sembrado el terror en todo el país. La sociedad actual se soporta en mil masacres, millones de campesinos despojados y desterrados y demás crímenes conocidos por el mundo entero.  

Es el accionar del llamado sector emergente, que acumula poder económico, político, militar y social y cuya representatividad se ha impuesto como gobierno desde comienzos del Siglo XXI, con el estilo mafioso de hacer política, mundo en donde priman el atropello, la arbitrariedad, la humillación, la deshumanización y el sicariato. 

 

Buscando apoyo en Bertolt Brecht, se puede decir: ¿qué tiempos son los que vivimos que hay que defender lo indefendible y sustentar lo obvio?. El caso del abuso sexual de Alisson de 17 años, en Popayán por parte de la policía, debe ser motivo suficiente para solicitar renuncias, llamar a consultas y condenar. Pero si por el contrario, desde las jefaturas militares se les felicita y considera que están haciendo un trabajo muy profesional, entonces, esta práctica se convierte en una política de gobierno, al igual que las detenciones arbitrarias, las torturas, el asesinato y las desapariciones.

Que no es política de estado porque a éste lo conforman las estructuras y organismos definidos por la Constitución, pero el gobierno es el contenido que se les da. Las actuaciones militares en estos casos dan asco; no se quiere compartir con ellos nacionalidad ni especie animal. Todos deben ser judicializados. ¡Arrastrar y abusar de una muchachita entre cuatro! "¿Habrase visto insolencia, barbarie y alevosía?"

Las guerras tienden hacia lo peor. Si ayer se lamentaba la muerte de Dilan Cruz, hoy son más de 71 los muertos; si había escándalo por una joven pateada en la cara por un policía, ahora se contabilizan más de 87 casos de abuso sexual por parte de miembros de la fuerza oficial; si antes se hablaba de 6402 muertes en falsos positivos, 200.000 NN, 87.000 desaparecidos, ya las cifras se desbordan. En Colombia, al horror, lo supera más horror. De seguir así, pronto no se tendrá la lista con los nombres de los muertos ni de los abusos.

 

El anillo de seguridad de la narcoderecha en Colombia, tiene cuatro niveles: las fuerzas armadas, las empresas de vigilancia privada, los paramilitares y los combos barriales. 

Su anillo ideológico y político es más variado; va desde los "magnates" de los estratos bajos y medios, hasta los más furibundos y recalcitrantes de las clases altas; uno muy particular es el sector religioso, en el que toda suerte de pastores avivatos encuentra su negocio; este garantiza de sus ciegos y fieles seguidores, dos millones de votos amarrados para la derecha. 

No es extraño ver que sus dirigentes políticos convoquen a rosarios a la virgen y a misas en los parques públicos, mientras que a la población manifestante se le atiende con rosarios de balas y batallas en las plazas, para que vivan su propio calvario. Es la lógica expresada en el libro "La virgen de los sicarios", que convierte a la religión en brujería, las ceremonias en misas negras y en ritos de guarda. Pero la doctrina queda ausente. 

Paro nacional 12 de mayo en vivo: así van las protestas en Colombia hoy -  Bogotá - ELTIEMPO.COM

La evolución de las cifras de casos positivos y de fallecidos por Covid-19 en Colombia, así como las recientes disposiciones del Gobierno Nacional y del Ministerio de Salud reabriendo la casi totalidad de las actividades económicas, ameritan los siguientes comentarios: 


(Nota: La información estadística ha sido tomada de la base de datos del Instituto Nacional de Salud.) 
1. El número promedio de casos positivos entre los días 16 de abril y 12 de mayo de 2021 fue 
de 16.519. Entre los días 13 de mayo (16 días después de iniciadas las manifestaciones masivas por el Paro Nacional) y 27 de mayo de 2021, posiblemente reflejando el efecto de las aglomeraciones, el número promedio de casos diarios positivos aumentó a 18.032.

2. Lo anterior significa que hasta el 27 de mayo de 2021 el aumento del porcentaje promedio de casos diarios positivos atribuibles al efecto de las aglomeraciones del Paro Nacional fue de solo el 9,2% en relación con el promedio de los 27 días anteriores.

 

Cuando se habló de la revolución molecular disipada, muy pocos entendieron el terrorífico mensaje y quedó la incertidumbre, hasta que en las redes sociales aclararon su significado neonazi. Si por el contrario, se hablara de una dictadura narco molecular disfrazada, muchos entenderían de inmediato y no habrá necesidad de aclarar a qué país se refiere. 

Es que comparados con los paramilitares que actúan en Colombia, los nazis eran unos simples muchachos traviesos. Quizás más parecidos al sionismo, quienes han sido sus entrenadores y asesores. Tal es el horror que le ha tocado padecer a la población durante décadas.  

Uno de los libros que mayor impacto produjeron en mi juventud, fue "La hora 25" del rumano Virgil Gheorghiu, que trata sobre la Segunda Guerra Mundial. En el relato, el protagonista es acusado falsamente de ser judío, por un gendarme que deseaba a la esposa del señalado; a partir de ahí se inicia toda una vida de persecuciones, discriminaciones, maltratos, torturas, hasta llegar a los campos de concentración.  

Nunca pensé que tal horroroso recuerdo juvenil, fuera superado en maldad, por lo que he visto en Colombia. Todas las atrocidades que se puedan imaginar, han ocurrido allí. Dantesco. Quienes hayan leído la Divina Comedia, verán que a la población, le ha tocado sufrir los tormentos de los nueve círculos infernales; la clase media se ubica el purgatorio y los narcogobernantes en su cielo, pero en la realidad protegidos no precisamente por querubines.