
Luego de una reunión de Fedesarrollo en octubre, uno de los directivos asistentes, dijo a los medios: “tenemos dos frutas jugosas que debemos comer”, hacía referencia a que una de ellas era el trabajo de los jóvenes, a quienes, en el primer año de trabajo, se les podría pagar el 75% de un salario mínimo, puesto que están en proceso de aprendizaje.
¡Qué gran descubrimiento!¡Qué gran hazaña! Alcanzaron ese gran logro filosófico de encontrase así mismos. Después de intenso debate a las propuestas del gobierno, vieron que sobre explotando la fuerza de trabajo, se incrementa la ganancia para el capitalista. No se sabe si su astucia les da para profundizar y considerar que, si se les paga el 50% o el 25%, sería mucho mejor el rendimiento financiero.
Cuánta falta de solidaridad y responsabilidad social en el país más inequitativo de la región. Una cosa cierta es que todo trabajo no es individual y tiene un carácter social, por que la persona que accede a él, no llega con la mente en blanco, sino con unos conocimientos adquiridos en un largo proceso de formación desde la escuela primaria, hasta la Universidad, con una inversión familiar en dinero, no pocas veces con sacrificio. Inclusive, alguien que no haya pasado por la academia, posee una formación que recoge el aporte cultural de la humanidad. Entonces, ya cuentan con una experiencia de vida; si es que se refieren a contratar a seres humanos.
El gobierno viene insistiendo en atacar los ingresos de los trabajadores, desde considerar que “el salario mínimo en Colombia es ridículamente alto” (eso lo dice un ministro que debe ganar más de 30 millones al mes), hasta proponer el pago por horas y por días; quieren dejar los salarios al vaivén de la oferta y la demanda y que no se rija por una legislación laboral justa, alcanzada con décadas de lucha a muerte.
Es de recordar que la jornada de trabajo de 8 horas, está vigente desde el Siglo XIX y se mantiene a pesar del majestuoso avance tecnológico que se ha vivido desde entonces; esto quiere decir que el costo productivo del salario se alcanza con menos horas al día, porque la cantidad de mercancías se ha multiplicado en los procesos productivos y así, la plusvalía crece. Otra cosa es que una paradoja del capitalismo, está en que mientras mayor número se produce por horas, cada producto tiene menos rentabilidad, porque baja el tiempo socialmente necesario, dado que todos los productores logran lo mismo con el desarrollo tecnológico. O sea, que el capitalista parte con una cuchara grande, que se vuelve pequeña al meterla al mercado; por tanto, cada vez tiene que vender más y más. Si la rentabilidad cae al agotarse los mercados, esto no tiene por qué pagarlo el trabajador, ya que es una expresión de la crisis propia del sistema capitalista. Tamaño despropósito pretender lo contrario.
Octubre 15 de 2019