Hablar en contra del proceso de paz en Colombia y sus circunstancias, está de moda. En las clases medias y bajas, eso crea la sensación de tener status. El mostrar preocupación por el supuesto riesgo que pueden correr las grandes propiedades, parece colocar a las personas al mismo nivel de los potentados; es una muestra de poderío económico y social. Pero estar de lado del patrón, es también una forma ingenua de ignorar la sumisión; es el pensamiento
sometido que, paradójicamente, lleva a concluir que “en mi libertad soberana acepto obedecer”. Es la expresión de la manipulación al extremo, la alienación hecha carne; pues, una persona está alienada cuando no se pertenece a sí misma. Así se confirma que las ideas dominantes en una sociedad, son las de la clase dominante. Como dice el dicho: “la ideología del patrón reside bajo la gorra del obrero”.
Igual ocurre con el rechazo a los logros de la Revolución Bolivariana. Algunos se sienten importantes e informados por que repiten, sin análisis, lo que dicen los medios de comunicación de la oligarquía. Muchos de los que critican a Maduro y lo tratan de inepto, si mucho han ocupado un puesto en bus; él lo hizo como conductor, ha ejercido como diplomático y ahora pone la cara por un país, enfrentando los más inmerecidos ataques y bloqueos.
A todos estos superficiales críticos hay que llamarlos a tomar como referencia, que el rumbo que toma esa heroica nación, es lo que el pueblo soberano ha venido construyendo, así sea con errores (estos los hace más humanos). Vale preguntarles como reflexión: ¿En qué proceso organizativo de construcción participan, de tal forma que puedan decir, esto es mío, libre e independiente? ¿En su existencia social, tienen control sobre sus alimentos, vivienda, salud y educación?, ¿Qué pasos han dado para lograrlo?
A pensar y actuar; pues, antes de criticar sin información. Si no está informado, no hable. “…como consecuencia de la implantación de las políticas de “libre comercio” con países que cuentan con elevados niveles de protección, Colombia ha sufrido una disminución en su abastecimiento de alimentos con producción nacional lo cual ha llevado al crecimiento sostenido de la importaciones: durante la última década se pasó de importar 405 millones de dólares en 1990 a 4.750 millones en 2014” (Fajardo Montaña, Darío. Estudio de los orígenes del conflicto social armado, razones de su persistencia y sus efectos más profundos en la sociedad colombiana, En Conflicto social y rebelión armada en Colombia. Ensayos críticos, pag 133)
Por esto es que se oye en las calles colombianas a personas de clase baja, llamando a respaldar el no al plebiscito por la paz, por que propósitos oscuros quieren llevar al país a la misma situación de Venezuela. ¿Qué tal que el castro-chavismo internacional se quede con las deudas del apartamento, el carro y de educación?
Sí existe una campaña de desprestigio contra la República Bolivariana, cuya situación de bloqueo se mezcla con el plebiscito colombiano en los medios informativos de derecha. Si fracasa Venezuela, fracasa la esperanza en Colombia y la minoría oligárquica, traidora, corrupta e incapaz, asegura su futuro; al igual que la ilegalidad. Para ello sus mejores aliados están en la población alienada, que todavía no existe para sí.
Julio 25 de 2016