Me resulta oportuno decir: no he pertenecido gremialmente a ningún sindicato. Los gremios han sido para mí, otra forma, otras expresiones reivindicativas.
Les digo a los lectores- ¡A este sindicato me agremio!
Amo a las mujeres que se atreven a vivir del sexo. Son corajudas. Respeto a las mujeres
trabajadoras sexuales que se identifican con el gremio, deciden pelear y quedarse por los derechos. La prostitución connotación desde el fragor del tiempo, hoy denominada trabajadoras sexuales, ha existido de tiempos in-memoriales. Nace en los grandes puertos del globo terráqueo, en territorios de guerras, de migraciones y se extiende bajo cielos nublados de intereses.
Hay que admitir que muchas mujeres entran al oficio forzadamente y otras por otras formas e intereses. Que nadie me diga que soy sacralizando el tema- No.
Siempre he admirado aquellas mujeres de pueblo que trabajan en bares, que bajo adjetivos eran denominadas “coperas”, atendían los más íntimos deseos de hombres trabajadores, desocupados, alcohólicos, empleados y de uno que otro oficio. Se ofrecían servicios sexuales y otras como acompañantes. Allí nace lo pre-establecido, lo pre-pagado ¡
En algún pueblo que paso de vez en cuando, no puedo evitar mirar un bar, el cual por años siguen siendo el mismo. Es un bar con mujeres atendiendo y bebiendo. Cada vez que paso, mis ojos no se contienen zigzaguean de un lado para otro como péndulo de tiempo. Allí han estado por mucho tiempo, las mismas sillas rojas que traslucen bajo un soporte niquelado, en ellas, se sientan hombres, mujeres en la ensoñación del despecho, el amor o el desarraigo bajo cantantes populares como: Nano molina, el caballero Gaucho, Carmen Delia Dipiní, María Luisa Landin, Toña la Negra, Orlando Contreras, Julio Jaramillo entre otros cantantes que bajo sus voces, diluyen los deseos, las miserias y aún más los vacíos del corazón. No cambia la música, lo único que ha transformado son las mujeres.
Todo sigue igual, como hace decenas de años por allí, estos bares me parecen fantásticos ¡
Admito, me gustan los bares de pueblo, la cerveza, el aguardiente que degustan muchos hombres y mujeres al son de un tango una canción de duelo o bajo una melancolía producida por el mal del tiempo del amor. En esa senda, extraño aún más, las “casas de cita” con su bombillitos rojos. Esas casas prohibidas para mirar. Conocí más de una sobre la vía de un pueblo cercano a Cali, me encantaba fisgonear con el rabillo del ojo, quería saber que podría ocurrir allí. El voyerismo absoluto de la discordancia y la moralidad impuesta. El bombillito rojo, hasta al amanecer supongo, anunciaría el tiempo de servicio y las mujeres esperando clientes bajo una explotadora matrona. Esas cosas ya no se ven en estas pequeñas urbes…
Muchas cosas han cambiado, ahora se estratifica y se convierte el orden moral más universal: el servicio sexual prepago. No me gusta el término, pero si alguien me objeta, yo le respondo que allana en mi ser más bien: una casa de cita….
Así mismo es.
Hoy continúo con una mirada humana, social de reivindicación de identidades, de estas nuevas subjetividades urbanas que dicen mucho de las ciudades: las trabajadoras sexuales. Tengo una motivación única y veraz: las miles de trabajadoras desprotegidas las cuales, se encuentran en la más abyecta miseria. El oficio de ofrecer servicios sexuales no es fácil, para una población desarraigada y sobre todo a aquellas mujeres que posiblemente viven diariamente en el rebusque y deben acudir al servicio de trabajadora sexual, sin ninguna protección de sus derechos por parte del estado.
Las mujeres a través del sindicato Asosexco, reivindican sus derechos laborales y de protección.
¿Qué es Asosexco?
Es un sindicato de mujeres trabajadoras sexuales de 28 miembros y yo que me inscribiré prontamente, seriamos 29.[1] La Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) apoyó la creación de este sindicato, registrado oficialmente en noviembre del 2015[2].
Asosexco, es el resultado del trabajo de la Asociación Nacional de Mujeres Buscando la Libertad (Asmubuli), que reúne a más de 600 trabajadoras sexuales de todo el país.
Es una buena opción para la que desee continuar este oficio y la que no pertenezca a ello. Las trabajadoras sexuales son sujetas de derechos individuales y colectivos. Aquí no se trata del deseo, sino de las posibilidades que debe brindar el estado colombiano para una población vulnerada para atender los derechos básicos y su protección, ante la criminalidad a que se ven expuestas.
Me gusta el sindicato sin manipulación política, sin que se robustezcan las directivas bajo corrupción. Un sindicato que nace de manera reflexiva, sin ínfulas, ni de protagonismo mediática para reivindicar los derechos de miles de mujeres. Son los derechos ignorados, eliminados, y desconocidos por un estado. Asosexco- es una opción. Seguro, creo que hasta ahora, no se han aproximado las trabajadoras sexuales pertenecientes al estrato 5, 6 y 7 y de allí más allá…Deberían hacerlo, esto va más allá de una mera estratificación.
Las mujeres populares no tienen tiempo, ni dinero para invertir en su cuerpo, ellas siempre están en la línea delgada para satisfacer necesidades básicas de su seres queridos y sus hijos, no tienen ínfulas de trabajadoras sexuales como modelo.
Hay que hacer diferencias, no es lo mismo ser trabajadora sexual de un barrio popular, o en una zona urbana expuesta a miles de peligros, que acompañante sexual de narcos, políticos, consultores y diplomáticos, estas se atienen el riesgo de la criminalidad para no ser descubiertas: las grandes sumas de dinero.
Las trabajadoras sexuales, entran en el circuito, como parte de explotación del modelo capitalista. La explotación del cuerpo y toda su comercialización en el poder político, por ello hay que unirse a este sindicato, de manera reivindicativa para luchar por la libertad y el carácter de la emancipación de miles de mujeres.
Invito a usted lector, sin moralismo de parroquias se una al sindicato de Asosexco y vamos conformando derechos y obligaciones, como lo expresara una vez Platón, en el consenso de lo acordado debe existir armonía política.
El amor por la vida y la Paz vale la pena!
Por: Sara Leukos
[1] http://www.redtrasex.org/Quedo-legalmente-constituido-el.html?id_document=3443#documents_portfolio
[2] La Asociación de Mujeres Buscando Libertad (ASMUBULI) es una organización que nació en el mes de julio del 2008, luego de haber participado en un encuentro de la RedTraSex que se desarrolló en Ecuador. Para Abril del año 2009 llevamos a cabo nuestra primera Asamblea General y dimos inicio al proceso de conformación formal de nuestra organización. http://www.redtrasex.org/-Colombia,12-.html
Nota: la señora de la Fotografía es la presidenta de Asmubuli y hace parte de la Red Latinoamericana y del Caribe.