Aviso

El partido conservador asciende al poder fruto de una victoria militar contra el partido liberal y sella todo su pensamiento en la constitución de 1886, de corte feudal, teocrática y providencialista. Es un partido de derecha, pero su concubinato y alianza con la iglesia católica, sus actuaciones en la práctica por parte de su clase dirigente, son de extrema derecha en la mayoría de los casos. Para esta doctrina la violencia se acepta si se trata de conquistar el poder; se debe respetar la ley, pero si va contra sus principios se deben combatir.

La mujer por su misma naturaleza y conformación física debe aceptar todos los hijos que pueda; esclava del hogar, el marido y los hijos que copaban todo su tiempo y más allá…era una menor de edad ante la ley y el varón. No necesitaba estudiar y era una pérdida de tiempo y dinero invertir en su educación; en su ignorancia e ingenuidad ella misma aceptaba esta situación: “para meterse a una cocina, no se necesita de ninguna educación”, decían ellas. En cuanto al hombre dedicado a oficios materiales bastaba saber firmarse, leer y escribir y con esto el establecimiento daba por cumplido todo lo que se le podía ofrecer al alumnado. En cuanto a educación secundaria y universitaria estaba vedada para la inmensa mayoría de sectores populares. Había muchos pueblos donde los que sabían firmarse, leer y escribir se contaban en los dedos de las manos. En cuanto a la calidad de la educación decir que era mala es un elogio: profesores nombrados a dedo por el cacique del pueblo, el cura, su preparación académica y didáctica dejaba todo por desear. Aún el pequeño número que alcanzaba la universidad sus conocimientos estaban centrados en la escolástica y el pensamiento católico, de contenidos muy pobres y superficiales, nunca había análisis y confrontación a lo dicho, todo se centraba en la repetición que dijera el profesor, de corte memorístico, las universidades tecnológicas y de corte matemático brillaban por su ausencia;  teorías tan renovadas y actualizadas para esa época como la evolución de Charles Darwin, el positivismo de Augusto Comte, el materialismo histórico y dialéctico de Carl Marx, el psicoanálisis de Freud, el pensamiento de la ilustración; todo estaba satanizado y en el índice por la iglesia por lo tanto no se podían enseñar en las universidades, ni había profesores preparados para ello, simplemente se dedicaban a combatir estos conocimientos sin saber el porqué. A los seminarios no podían entrar nada que contradijera el pensamiento católico; por consiguiente, los seminaristas salían a predicar como verdaderos cruzados, a fanatizar a sus “ovejas” y “corderos” en un pueblo que vegetaba entre el pecado, la miseria, la ignorancia, la ingenuidad y la superstición; a varios grados bajo cero en el termómetro de la conciencia de clase. Un ejemplo que lo dice todo, es que la risa estaba elevada a la categoría de pecado.

La iglesia buscaba la preservación de una cultura y educación aristocrática para el clero y los ricos a la cual se le daba un gran valor, siempre y cuando se ubicara dentro de las categorías existentes; a la inmensa mayoría de pobres se les vedaba su entrada. A través de este monopolio educativo conseguía difundir su doctrina y la conformidad de los humildes a su situación económica, política y religiosa.

Esta ideología rinde culto a la personalidad representada en el jefe, caudillo, hombre de altos méritos en el campo militar, académico, carismático. El pueblo humilde es catalogado en esta ideología con los más despreciables epítetos: “vulgar e inepto vulgo” (Laureano Gómez), cuyas diferencias con el animal es de apenas unos pocos grados; se construye un dios al cual hay que rendirle toda la obediencia, pleitesía, acato y reverencia; construido a imagen y semejanza y bajo los caprichos del gobernante de turno. España nos trajo el falso cristianismo unido a un dios castigador, creando un ambiente abiertamente hostil a todo tipo de cambio.

Esto explica más que suficientemente por qué estos 45 años se perdieron para el progreso, la tolerancia, la justicia social y el conocimiento.

Colombia era un inmenso latifundio en manos de unas cuantas familias, anquilosada, cerrada al cambio, tradicionalista, con un campo atrasado, de espaldas al conocimiento, dogmática, reacia al cambio, sin movilidad social…mejor decir era un convento.

Si aquí se desperdició ese tiempo de manera imperdonable para permanecer congelados sin asomo de progreso, Rusia lo aprovechó en menos tiempo, para pasar de un estado agrario y feudal a una potencia mundial (1917 – 1945).

Se ha dicho con sobrada razón que a Colombia todo le llega tarde…yo diría que muy tarde.

 

NORBERTO BETANCOURT OSORIO.

 

POST-DATA: Perdimos la fe gracias a los sacerdotes, pastores y en general a las iglesias…nos alejamos de la democracia y perdimos la creencia en ella gracias a los políticos; nos queda imposible acceder a la verdad gracias a los medios de comunicación.