La guerra y la paz, permanecen presentes en la vida política de las naciones; la lucha de clases siempre se manifiesta en lo cotidiano de la existencia. “…en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras, franca y abierta…”

A propósito de la refundación de las Farc, por un grupo de combatientes que se habían desmovilizado como resultado de los acuerdos firmados con el estado colombiano y de las dificultades reales que se han presentado para su cumplimiento, nadie está en condiciones de decirle a los reinsertados que se queden quietos esperando a que los encarcelen, los extraditen o los maten; igualmente, muchos tampoco podrían instarlos a regresar a las armas con la garantía de preservarles la vida.

Lo extraño es que hoy, luego del pronunciamiento de quienes retornan a la lucha armada, desde la izquierda y la derecha se lancen comentarios que no dan cuenta de la realidad del país. Para la derecha, aquellos que ayer estaban en el proceso de reinserción, eran tratados de criminales de lesa humanidad, violadores; hoy, llaman a dar las garantías a los que permanecen en esta condición, mientras tildan de bandidos a los que ahora decidieron regresar a las armas.

La derecha que quería volver trizas los acuerdos de paz y que desde la institucionalidad, como partido de gobierno, pusieron todas las trabas para su implementación, cuestionaban e impedían la marcha de la JEP, hoy llaman a defender la paz. Mayúscula incoherencia, irresponsabilidad e hipocresía con el país. Esperan sacar provecho de la situación a la que llevaron a la negociación de paz, para aparecer como sus más puros defensores y obtener réditos políticos.

También quieren ajustar cuentas con el gobierno bolivariano, acusándolo de ser el responsable del regreso a las armas de los excombatientes, como si ellos, que han sido garantes, fueran los que quisieron volver trizas los acuerdos, matado a los líderes sociales e incumplido lo acordado. Torpe maniobra de la desesperada derecha internacional.

Es bueno mirar cuál es el estado real de los seis puntos del acuerdo y cuál ha sido el compromiso del actual gobierno para llevarlos a feliz término, como es el deseo de la mayoría de la población colombiana:

Política de desarrollo rural integral
Participación política
Fin del conflicto
Solución al problema de las drogas ilícitas
Víctimas
Implementación, verificación y refrendación
Puntos todos olvidados y traicionados por el gobierno. No es necesario detallar cada uno, pero sí tener presente el continuo asesinato de los excombatientes, de líderes sociales y de miembros de movimientos de oposición; hay revictimización, retorno de falsos positivos, ejército anti restitución de tierras, muertes que involucran la responsabilidad de integrantes del estado. ¿Quiénes son entonces, los criminales?

Para el caso, sí se acepta a la JEP y se le ejerce presión, para que aplique la ley a los que se reincorporan a las armas. Todas las fuerzas estatales y paraestatales, se unen en santa cruzada contra este nuevo demonio armado. También los asusta su irresponsabilidad con la marcha de la sociedad colombiana y quieren salir limpios de sus sucias maniobras.

Con el regreso a las armas de estos excombatientes, la vida según la concibe la derecha, vuelve a su normalidad: “Los buenos contra los malos”, es la doctrina que corresponde con su interpretación del mundo y que les permite seguir viviendo, existir y actuar. Pensar alternativas diferentes o nuevas, no hace parte de su capacidad mental. Los buitres celebran que el mundo no cambie.

Es extraño que también desde la izquierda, no se reconozca que las sociedades no existen en abstracto y que la lucha por una vida digna, es compleja, difícil y cuenta con muchos enemigos. Hay que hacer un análisis concreto de la realidad y seguir luchando por la paz.

Agosto, 29 de 2019