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Medellín, una de las ciudades más violentas del mundo, controlada por los combos que manejan el narcotráfico, la extorsión, la prostitución infantil y juvenil obligada, los casinos y las ventas callejeras al menudeo esclavista, fue elegida sede de la 49ª de la OEA. Ciudad Discovery 2019.

La OEA, una organización desprestigiada, obsoleta, injerencista y criminal, se reúne para definir, en un mosaico de sangre, cómo debe ser el sufrimiento de los pueblos latinoamericanos.

El decrépito Almagro-repudiado por su partido en Uruguay- liderará las deliberaciones, para decidir en la mesa cuántos niños deben morir; luego irá a su casa, cargará a sus nietos, les dirá que fue un gran trabajo y se sentirá un buen hombre. Para eso le pagan al carroñero.

Se debería declarar maldita la tierra que pisó y todas las huellas que dejó. Como se debió proceder con Almagro, el histórico, también invasor asesino. Hoy se une al juego de los que mancillan la nobleza y mirada limpia de los campesinos colombianos.

No extraña que sea elegida por la OEA una ciudad gobernada por mafias abusivas, tramposas, con métodos asesinos y con capacidad para exportar guarimberos - escogidos entre sus bandas delincuenciales- como se evidenció en Cúcuta, el pasado 23 de febrero con la pretendida ayuda humanitaria. Hay coincidencia de intereses. Desprecio para los opresores.

Nuestro abrazo de solidaridad a los pueblos latinoamericanos que luchan por una vida digna y por su soberanía.

Junio 28 de 2019