No obstante las múltiples denuncias, advertencias y acusaciones fundamentadas contra el actual Rector de la Universidad del Quindío, hechas principalmente por el valiente y erguido Sindicato de trabajadores de la parte administrativa de la Universidad del Quindío (SINTRAADMIN) y a través de columnas que he publicado en varios Portales de opinión en la Red, fue reelegido el pasado 25 de abril del 2019 por el Consejo Superior como Rector de la Universidad del Quindío, el señor José Fernando Echeverry.

Como diría Álvaro Gómez Hurtado en sus momentos de mayor lucidez, una gavilla de peligrosas y bochornosas complicidades se impuso en tal institución pública de educación superior para perpetuar la corrupción, la arbitrariedad, el despotismo, la satrapía, el desgobierno, la ilegalidad y la descarada burla a la comunidad académica y a la sociedad

civil regional que presencia atónita la destrucción de su principal universidad mediante el despilfarro de los presupuestos, el ejercicio amañado de la gobernabilidad y el atropello descarado de la Constitución nacional, la ley y los derechos ciudadanos.

Contrataciones irregulares de obras civiles; nombramientos amañados, cruzados por el clientelismo, de catedráticos y contratistas; entrega de millonarias cifras al ex Rector H. Polania, hoy Diputado de la derecha gamonalicia en la Asamblea Departamental, dueño de una extravagante pensión y de contratos de transporte superfluos; irregularidades en el servicio de bienestar universitario y del restaurante, en manos de un impresentable sujeto que se encubre con una retórica religiosa enmarañada; convenios multimillonarios (14 mil millones) con la Esap, dizque para la paz,  que se ejecutan sin la auditoria social correspondiente; desangre presupuestal con multimillonarios viáticos por todo el mundo y con gastos de representación que maquillan el soborno; campañas rectorales de estigmatización de los líderes sociales adversario para estimular su aniquilación en manos de grupos sicariales de la Cordillera de Macaco y Merheg; falsos procesos de acreditación de alta calidad de una institución que figura en los peores lugares de las universidades colombianas; favorecimiento con cargos y contratos a funcionarios de la Procuraduría o familiares de los mismos, especialmente en el área de los seguros, para obtener impunidad disciplinaria; violencia desenfrenada contra el movimiento estudiantil universitario; desafío permanente a la sociedad civil regional; perverso encuadramiento de la función académica y científica de la Universidad en los sentidos del neoliberalismo y el mercado, aupados desde la Vicerrectoría de extensión  de Polania para estimular la fantasía crematística del enriquecimiento ilícito; desviación de la Misión de la Universidad desconociendo las necesidades de los jóvenes oriundos de los municipios cordilleranos (Génova, Pijao, Córdoba y Salento); desconocimiento de los derechos sindicales; concursos docentes exprés para nombrar amigos sin calidades y requisitos académicos; son el conjunto de irregularidades y del desorden constitutivo de la principal Alma Mater de los Quindianos, hoy al borde del colapso y la implosión administrativa.

Es eso, ni más ni menos, lo que han escogido los integrantes del Consejo Superior en un paso equivocado y absurdo que le agrega un nuevo elemento a la crisis institucional que vive el departamento y la alcaldía de Armenia.

Procedió con mucha lucidez el Tribunal Administrativo del Quindío y el Magistrado Rigoberto Reyes Gómez, que conscientes de este cuadro institucional anárquico acepto la demanda contra tal reelección incoada por el jurista Sabel Reineiro Arevalo Arevalo, quien ha destacado la inhabilidad de Echeverry por el incidente de desacato en que está incurso por desconocer una orden judicial del 2013 sobre la carrera administrativa de los trabajadores,  que recoge la jurisprudencia incorporada en la Sentencia C- 542 del 2010, la cual determina que el incumplimiento de una orden judicial genera una sanción disciplinaria.

El abogado Arevalo pide la nulidad de la elección argumentando que “en el momento de la decisión que tomó el Consejo Superior de la Universidad del Quindío de escoger a Echeverry Murillo como Rector para el período 2019-2023, el nombrado incurrió en causal de inhabilidad contenida en el Artículo 32 del Acuerdo 05 del 28 de febrero de 2005, Estatuto General de la Universidad, así como lo dispuesto por el Artículo 48 del Acuerdo 11 del 2010 relacionado con “…no tener sanciones penales, disciplinarias y/o administrativas vigentes”.

Antes de la elección de Echeverry por parte del Consejo Superior el pasado 22 de abril de 2019, el abogado Arévalo, como miembros de los sindicatos de trabajadores de la universidad y desde esta columna, se advirtió la inhabilidad en que estaba inmerso el patán del Echeverri y de paso su oscura camarilla.

Que prepare sus maletas este truhan y desembozado gamonal junto a sus compinches y se vayan bien lejos a vivir en Europa, o en Turquía o en Brasil, donde con millonarios viáticos en Euros se dan la gran vida de potentados por cuenta del esfuerzo y el sacrificio de los estudiantes, sus padres y los contribuyentes que aportan para el funcionamiento de la Universidad.

Que termine esta historia nefasta para la región y empecemos de nuevo a construir el gran centro académico y científico que requiere del Departamento del Quindío y sus clases populares.

 

 Nota 1. Recibí notificación del Despacho del Procurador General de la Nación para tutelar mis derechos frente a la peligrosa campaña de Echeverry y Polania que me han estigmatizado como “Ideólogo” del Eln.

 Nota 2. Vergüenza produce la seudo izquierda docente/académica de la Universidad del Quindío, compuesta (o descompuesta) por elementos arribistas y acomodados a la satrapía de Echeverry y Polania. Viven de migajas en la impostura vital como vulgares cómplices del desafuero social.