La crisis por la que pasan los países que quieren marginarse y tomar distancia de la dependencia imperial, están sometidos a una guerra económica y psicológica sin descanso para llevarlos nuevamente al redil. La nueva edición de la operación cóndor en América con la instalación de gobiernos neoliberales, despóticos y de clara inclinación imperial lo comprueba hasta la saciedad.
Como ya sabemos el triunfo del capitalismo en la guerra fría, se yergue triunfante imponiendo sus reglas de sometimiento, despojo y el pensamiento único.
En estas circunstancias y con sus ciclos de recesión económica como la que padecemos actualmente y que afecta a todo el mundo, a golpeado a los países latinoamericanos que buscan su liberación en sus diferentes organizaciones: el ALBA, PETROCARIBE, UNASUR, MERCOSUR, y el que los abarca a todos: la CELAC.
Todo esto servido en bandeja de oro para que los enemigos internos y externos del proyecto liberador inicien una campaña sin suspiro de desprestigio para así volver a estos países al rebaño del imperio, teniendo los medios de comunicación monopólicos incondicionales servidores a este proyecto siniestro.
¿Qué culpa tienen estos gobiernos de una recesión económica importada que frena los proyectos que han dado tan buenos resultados a los sectores marginados y excluidos de la vida social?
¿Qué se ganan estos países con volver al pasado saturado de despojos, dependencia, depredación de la naturaleza, exclusiones, invisibilización de las mayorías, donde las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan; donde las riquezas son trabajadas por compañías extrajeras y cuando agotan la explotación se van del país dejando ese lugar en un desierto sin vegetación ni agua. Las ganancias van al imperio, lo que cae de la mesa lo recogen los lacayos del imperio en cada país?
Comparemos lo siguiente: ¿Qué era Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia antes de la revolución, y qué es el ambiente qué se respira ahora…es totalmente cierto, una revolución socialista no puede solucionar en corto tiempo problemas represados en siglos.
Una revolución auténtica que quiere llevar las mayorías al poder difícilmente puede triunfar sino encuentra un pueblo que no se interese por quien lo gobierne sino como lo gobierna. Qué no se deje envolver en coyunturas pasajeras, sino por los fines que busca, su meta, su visión del mundo, su posición de clase, el voto consiente; qué los tiempos de prueba o de verdad son para comprobar el temple, el heroísmo, el carácter, la madera, el compromiso, las convicciones del cual está hecho una persona o un pueblo. Jamás es de fuga, de traición, de oportunismo, de comodidades; donde no se pueden atender los cantos de sirena de la oposición.
Los ejemplos bien claros los encontramos en Argentina y Brasil, cuyos gobiernos tratan de inclinar sus países al capitalismo salvaje y la dependencia, atendiendo las promesas del oro y el moro y nadar en ríos de leche y miel, como lo pintan los medios de comunicación aliados al imperio. Consecuencias inevitables de este despropósito, ya se están sintiendo en la población: despido de trabajadores, rebaja de salarios, desempleo, inflación galopante, flexibilización laboral, persecución a los sindicatos y a las personas de avanzada y sus sinónimos. Todo esto habla por sí solo.
NORBERTO BETANCOURT OSORIO.