Rector

La Universidad del Quindio, institucion estatal de dicho departamento, se hunde en la degradacion clientelar y la corrupcion politiquera de su actual administracion, representada por el señor Luis Fernando Echeverri.

 

La sociedad regional reclama transparencia y un viraje de dicha entidad para que la misma aporte de manera efectiva en la construccion de la paz y para que no sea un nido desde el que se sabotea el plebiscito y el respaldo al proceso de paz.

 

Carta abierta al Rector de la Universidad del Quindío.

 

Horacio Duque.

 

Armenia, 28 de agosto de 2016.

 

Doctor. Luis Fernando Echeverry Murillo.

 

Rector Universidad del Quindío.

 

Cordial saludo.

 

Por medio de esta comunicación me dirijo a Usted con el fin de plantear públicamente un conjunto de problemas y cuestiones que gravitan actualmente en el funcionamiento de esta importante institución pública de los quindianos.

 

Mi análisis está referido esencialmente al proceso de degradación clientelar propiciado por su desacertada gestión administrativa y académica.

 

Como egresado de tal centro académico me asiste una enorme preocupación por el descomunal daño y retraso científico e intelectual que afecta a importantes sectores de la sociedad regional, particularmente aquellos que presentan condiciones de pobreza y exclusión social, los cuales son afectados en su derecho fundamental a la educación de calidad.

 

He presentado derecho de petición a Usted como Rector de la Universidad del Quindío con distintas preguntas referidas a los procesos de vinculación de docentes, catedráticos, trabajadores y otros servidores profesionales; referidas, también, a los procesos licitatorios y de contratación; así como a lo relacionado con las estrategias de acreditación académica e institucional ante el Consejo Nacional de Acreditación, sin embargo, sus respuestas han usado diversas artimañas para evadir un debate necesario que los propios integrantes de la Asociación de Profesores Universitarios han planteado en comunicados expedidos en los meses recientes.

 

Dada la poca transparencia de sus respuestas y la manipulación de la información a través de medios pagados con el presupuesto de la Universidad, me veo en la obligación de enviar esta comunicación para que la opinión pública regional y la ciudadanía tengan elementos para la reflexión y el análisis.

 

El primer punto de mis preocupaciones está referido al ilegal proceso de contratación de personal docente y administrativo, que se realiza mediante los procedimientos del clientelismo y el pago de favores a la ex gobernadora Sandra Paola Hurtado y su compañero permanente, el denominado Toto. La selección y contratación de personas en la U es el más grotesco ejercicio del tráfico de influencias realizado por Usted, sus Vicerrectores y decanos.

 

El segundo punto tiene que ver con los procesos licitatorios y de contratación que no llenan los requisitos mínimos de ley. Así se han adjudicado obras de valor millonario, superiores a los 26 mil millones de pesos, sin que la transparencia sea la regla fundamental. Me refiero a obras como el restaurante universitario con una inversión total de $1.319.764.917; la dotación de mobiliario de la oficina de Admisiones por $20.823.857; el edificio de Bienestar Institucional por $3.097.288.237; los equipos de gimnasio al aire libre por valor total de $37.799.048; los parasoles con módulos y sillas: $61.052.192; los bebederos por $31.899.420; la media torta cultural con una inversión total de $1.283.041.720; las zonas de estudio de la facultad de Ciencias de la Salud por $464.281.010 más las adecuaciones físicas del mismo edificio por $287.573.882; y el edificio de aulas de la facultad de Ciencias Económicas y Administrativas por $6.241.497.720.

 

Peor. Además de la falta de transparencia es evidente la falta de calidad  e impacto científico de publicaciones como el libro “Quindío 50 años, recorrido visual por el departamento”, que se trata de un mediocre mamotreto sin niveles de calidad y real aporte al desarrollo regional. Igual ocurre con otras publicaciones totalmente irrelevantes.

 

El tercer punto tiene que ver con los procesos de acreditación académica e institucional que se tramita mediante un innecesario y oscuro contrato firmado con la Universidad Eafit de Medellín, cuyo objeto es acompañar integralmente a Instituciones de Educación Superior para mejorar condiciones de calidad. Lo cierto es que, de acuerdo con los criterios del Consejo Nacional de Acreditación, el criterio primordial de la acreditación universitaria es la transparencia de la gestión de la universidad, aspecto que está seriamente cuestionado dada su articulación a los poderes clientelares prevalentes en el departamento del Quindío.

 

Todo este entramado de ilegalidades, por supuesto, está repercutiendo en el deterioro de la Universidad como recientemente se conoció por las denuncias hechas respecto de las indebidas prácticas de la señora Nidia Patricia Ocampo, la directora del programa de Trabajo Social.

 

Rector Echeverri, con su mala gestión de la Universidad pierde toda nuestra comunidad y flaco servicio se le presta a la sociedad, especialmente en la actual coyuntura en que el país requiere de los máximos esfuerzos para terminar con la violencia y la guerra y construir la paz, materia en la que, por lo demás, se refleja su falta de compromiso, pues buena parte de los recursos presupuestales de la oficina de prensa de dicha entidad son canalizados para apalancar a reconocidos partidarios de la guerra y la violencia, mismos que han expresado su intención de sabotear los esfuerzos del Presidente de la Republica para alcanzar la pacificación de Colombia mediante los acuerdos con las Farc que serán sometidos a Plebiscito el próximo 2 de octubre, evento que es estigmatizado por periódicos y medios de comunicación patrocinados por su oficina.

 

Atentamente: Horacio Duque.

 

* La imagen, tomada de Internet, corresponde a la del actual Rector de la Universidad del Quindio.