Aviso

El procurador general de Colombia escribió el 13 de mayo de 2016, una carta dirigida al Presidente de Colombia, en la que se refiere críticamente a las acciones de respaldo judicial a los acuerdos de paz adelantados en la Habana.

Dice el procurador que se pretende que los acuerdos sean integrados a la constitucionalidad, que se colocan por encima de ella, que “tengan automáticamente la categoría de normas con fuerza constitucional”, que el presidente se toma atribuciones, que va derrocar la constitución, que la sociedad va a ser sometida a la dictadura de las FARC; esos y otros comentarios pueriles y carentes de prudencia si se tiene en cuenta el carácter que debe tener un funcionario de tal rango.

 

Exagera el procurador y dado el papel que cumple la institución que dirige, le miente al país. Es presa de su interpretación subjetiva, de su posición política y de su catadura retardataria. La constitución colombiana consta de 380 artículos, además de otros complementos y estos no están siendo revisados en la Habana.

 

No suenan bien en sus labios las palabras ordenamiento jurídico, derechos humanos, intereses de la sociedad, constitucionalidad, voluntad del pueblo, régimen democrático, pueblo soberano, derecho constitucional, poder constituyente, procedimiento democrático, estado de derecho, orden constitucional. Porque nunca las ha cumplido.

 

Un piadoso caballero carente de ética, de moral y de compasión cristiana, pretende erigirse en defensor de la constitución, cuando en lugar de defender la moralidad institucional del país, se mantiene en su cargo con base en el clientelismo, la corruptela y la manipulación, usufructuando sus funciones en beneficio personal, de su grupo político y rigiéndose por sus creencias particulares y poco por la constitución. Hace tiempo que debió renunciar o haber sido retirado de su cargo por cobijar a corruptos y por sus decisiones amañadas.

 

Resulta que  aquellos que han violado sistemáticamente la constitución en Colombia, quieren aparecer como sus defensores ahora que la justicia los llama a cuentas. Todo el alboroto armado y en el cual el procurador es partícipe, es en el fondo una “no-constitucionalidad” contra la constitucionalidad del país, al que pretenden seguir usurpando. Como que para el procurador, los “falsos positivos” estaban muy ajustados a la ley.

 

No se da cuenta el señor procurador que el pueblo colombiano no es soberano; que Colombia es un país invadido, en el que tropas extranjeras y mercenarios deambulan a sus anchas en contra de toda constitucionalidad y soberanía; que 54 niñas fueron violadas y grabadas por aquellos asentados en la patria por cuenta del Plan Colombia. (Señor procurador, fueron relaciones sexuales por fuera del matrimonio y sin la bendición de dios; actúe. Usted que obra en nombre de la virgen santísima, salve  a Colombia de tantas niñas malvadas que corrompen a los abnegados soldados norteamericanos y los distraen de su noble labor de matar colombianos ).

 

Es bueno tener una Patria donde sus funcionarios sean probos, ajustados a la ley, prudentes, objetivos, mesurados, que llamen a la reconciliación ciudadana y sean defensores de la soberanía nacional.

 

 

 

Mayo 16 de 2016      

Ricardo Robledo